Tomado de The Guardian
Por estos días Edward Snowden es la portada de los diarios más importantes del mundo. Este experto en informática reveló al mundo el programa de espionaje realizado por el Gobierno estadounidense a las comunicaciones virtuales de todo el mundo.
Filtró la documentación respectiva y ayer el diario inglés The Guardian publicó una entrevista exclusiva con este empleado de una contratista de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, por sus siglas en inglés). A continuación reproducimos ese diálogo.
¿Por qué decidió denunciar las actuaciones de la NSA?
La NSA ha levantado una infraestructura que le permite interceptar prácticamente todo y capturar la inmensa mayoría de las comunicaciones humanas de manera automática y sin seleccionar los objetivos. Si, por ejemplo, yo quiero ver sus correos electrónicos o el teléfono de su mujer, lo único que necesito es usar métodos de interceptación, que me permiten obtener correos, contraseñas, historiales de teléfono, datos de tarjetas de crédito. No quiero vivir en una sociedad que hace ese tipo de cosas… No quiero vivir en un mundo en el que se graba todo lo que digo y lo que hago. Es algo que no estoy dispuesto a defender ni con lo que quiera vivir.
¿Pero no es necesaria la vigilancia para disminuir las probabilidades de atentados terroristas como el de Boston?
Tenemos que decidir por qué el terrorismo es una amenaza nueva. Siempre ha existido terrorismo. Lo de Boston fue un acto criminal. Y lo que lo resolvió no fueron las técnicas de vigilancia sino la labor policial de toda la vida. La policía hace muy bien su trabajo.
¿Se considera otro Bradley Manning?
Manning fue el ejemplo clásico de alguien que denuncia una situación inspirado por la protección del bien público.
¿Cree que ha cometido usted un delito?
Hemos visto suficientes delitos cometidos por el Gobierno. Es una hipocresía que ahora me acusen de ello. Han restringido la esfera pública de influencia.
¿Qué cree que le va a pasar?
Nada bueno.
¿Por qué ha escogido Hong Kong?
Me parece trágico que un estadounidense tenga que irse a vivir a un lugar que tiene fama de conceder menos libertades. No obstante, se supone que Hong Kong tiene más libertad, a pesar de pertenecer a la República Popular China. Posee una sólida tradición de libertad de expresión.
¿Qué revelan los documentos filtrados?
Que la NSA miente de forma sistemática ante las preguntas del Congreso sobre el alcance de los programas de vigilancia en Estados Unidos. Creo que cuando el senador Ron Wyden y el senador Mark Udall preguntaron qué dimensión tenía esa vigilancia, la agencia alegó que no tenía las herramientas necesarias para poder dar una respuesta. Claro que tenemos las herramientas, y tengo mapas que muestran en qué lugares se ha vigilado más a la gente. Interceptamos más comunicaciones digitales en Estados Unidos que en Rusia.
¿Y qué dice de las protestas del Gobierno de Obama sobre la piratería informática dirigida desde China?
Nosotros pirateamos todo en todas partes. Nos gusta diferenciarnos de los demás. Pero estamos en casi todos los países del mundo. En países con los que no estamos en guerra.
¿Es posible rodearse de medidas de seguridad para protegerse contra la vigilancia del Estado?
No tienen ni idea de lo que es posible. Es espantoso hasta dónde llega su capacidad de actuar. Podemos intervenir ordenadores y, en cuanto uno entra en la red, identificar desde qué ordenador ingresa. Una persona nunca está a salvo, por más que se proteja. La NSA miente de forma sistemática ante las preguntas del Congreso sobre el alcance de los programas de vigilancia.
¿Su familia sabía lo que tenía planeado?
No. Mi familia no sabe lo que está pasando… Mi mayor miedo es que tomen represalias contra mi familia, mis amigos, mi pareja. Cualquiera con el que tenga una relación. Es algo que me atormentará el resto de mi vida. No podré comunicarme con ellos. Porque [las autoridades] actuarán con contundencia contra cualquiera que me conozca. Saber eso no me deja dormir.
¿Cuándo decidió filtrar los documentos?
Uno ve cosas inquietantes. Cuando va viendo todo, se da cuenta de que algunas de esas cosas son excesivas. Y poco a poco se asienta la conciencia de que estamos haciendo mal. No hubo una mañana en la que me despertara [y decidiera que ya estaba bien]. Fue un proceso natural. En 2008 mucha gente votó por Obama. Yo, no. Yo voté a un tercer partido. Pero me creí las promesas de Obama. Iba a revelarlo todo [pero esperé por su elección]. Está claro que ha continuado las políticas de su predecesor.
¿Qué le parece que Obama denunciara las filtraciones el viernes, al mismo tiempo que ensalzaba un nuevo debate sobre el equilibrio entre seguridad y transparencia?
Mi reacción inmediata fue que incluso a él le estaba resultando difícil defenderlo. Estaba tratando de defender lo indefendible, y él lo sabía.
¿Y la reacción general ante las revelaciones?
Me ha sorprendido y satisfecho ver que los ciudadanos reaccionaban con tanta energía en defensa de los derechos que están reprimiéndose con la excusa de la seguridad. Sin llegar a ser Occupy Wall Street, se está formando un movimiento de base que pretende salir a las calles el 4 de julio para defender la Cuarta Enmienda a la Constitución de EE.UU. [que prohíbe los registros sin orden judicial]. Se llama Restablezcamos la Cuarta Enmienda, y se ha originado en Reddit. La respuesta en Internet ha sido tremenda y muy animosa.
El analista de política exterior Steve Clemons, que trabaja en Washington, ha dicho que en el aeropuerto de Dulles de la capital había oído a cuatro hombres que hablaban de una reunión de inteligencia a la que acababan de asistir. A propósito de las filtraciones, uno de ellos dijo, según Clemons, que habría que hacer “desaparecer” tanto al periodista como al que había revelado los documentos. ¿Qué siente al saberlo?
Alguien que estaba comentando la noticia dijo que “los espías de verdad no hablan así”. Pues bien, yo soy un espía, y les aseguro que hablan así. Cada vez que teníamos en la oficina un debate sobre cómo combatir el crimen, nunca se limitaban a proponer los procedimientos legales, sino que proponían acciones decisivas. Dicen que a una de esas personas más vale echarla del avión a patadas que darle ocasión de defenderse en un juicio. Abunda la mentalidad autoritaria.
¿Tiene algún plan?
Lo único que puedo hacer es esperar y confiar en que el Gobierno de Hong Kong no me extradite… Mi idea es solicitar asilo en un país con valores como los míos. Él que más encaja es Islandia, donde se pusieron del lado de la gente al defender la libertad en Internet. No tengo ni idea de qué futuro me aguarda. Quizá emitan una orden de detención a través de Interpol. Pero no creo haber cometido ningún delito fuera del territorio de Estados Unidos. Creo que se verá de forma inequívoca que es una cuestión política.
¿Cree que acabará en prisión?
No habría podido hacer esto sin estar dispuesto a aceptar el riesgo de ir a la cárcel. No es posible enfrentarse a los servicios de inteligencia más poderosos del mundo y no ser consciente de ese peligro. Si quieren capturarme, con el tiempo, lo conseguirán.
¿Qué siente ahora, casi una semana después de la primera filtración?
Creo que la indignación que se ha expresado está justificada. Me permite tener esperanza en que, me ocurra lo que me ocurra, el resultado será positivo para Estados Unidos. No creo que vaya a poder volver jamás a mi país, aunque me gustaría.
UN GENIO SIN ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
Edward Snowden, el joven de 29 años sin estudios universitarios que logró trabajar para la CIA gracias a su enorme talento para la programación, ha desatado una tormenta en EE.UU. al filtrar que el Gobierno vigila las comunicaciones digitales y telefónicas de millones de usuarios.
Según el diario Político, Snowden es un firme defensor de esos principios, hasta el punto de decorar su computador con el lema: “Apoyo los derechos digitales: Fundación Frontera Electrónica”. Partidario del antiintervencionismo del Estado, hizo donaciones a la campaña del precandidato a la presidencia por el Partido Republicano Ron Paul, conocido por su posición antibélica y su condición de libertario.
Snowden se alistó en las Fuerzas Armadas estadounidenses en 2003, pero abandonó la instrucción apenas 5 meses después tras partirse las piernas en un ejercicio de entrenamiento. Un tiempo más tarde comenzó a trabajar como guardia de seguridad en la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés), de la que luego filtraría sus prácticas dudosas.
Según apuntan varios medios estadounidenses, en los últimos tiempos el joven estaba en Hawái trabajando para la empresa Booz Allen Hamilton, una compañía contratista de la NSA, y llevaba una vida cómoda junto a su novia gracias a su salario de 200.000 dólares anuales. Fue allí donde tuvo acceso al último paquete de documentos que más tarde daría a conocer. Efe
Edward Snowden concedió una entrevista al diario inglés The Guardian luego de revelar uno de los programas de espionaje más sofisticados de Estados Unidos. El joven norteamericano cuenta que su país ha levantado una enorme estructura que le permite conocer cualquier tipo de comunicación humana originada en Internet.
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eltelegrafo.com.ec