¿Por qué algunas personas se dedican a hackear? Éste es un tema muy discutido, algunos afirman que la explicación es similar a la que dan los alpinistas sobre la escalada de montaña: “porque están allí [las computadoras]”. Otros afirman que al resaltar las vulnerabilidades, el hacker ayuda a incrementar la seguridad de los sistemas informáticos. Finalmente, está la explicación más acertada y mejor conocida: por intenciones criminales.
Sea cual sea la razón, mientras existan los ordenadores, existirán los hackers, ya sean de “sombrero blanco”, “sombrero negro” o “sombrero gris”. Y, como no hay forma de predecir qué clase de atacante amenazará tu computadora (“curioso” vs. “malintencionado”), lo mejor es estar siempre preparado para lo peor.
Durante las horas en que un equipo está conectado a Internet, es posible que alguien utilice una herramienta de escáner automático de vulnerabilidades, buscando formas de acceder a él. Puede ser alguien que sólo tiene curiosidad por ver lo que hay en tu computadora, o que algún hacker de “sombrero blanco” desde la otra punta del mundo esté comprobando la seguridad de tu equipo. Obviamente, en la vida real, no quieres que un desconocido compruebe si tu casa o tus coches están bien cerrados, ni que entre a tu casa a rebuscar entre tus pertenencias y que te deje una nota que diga: “Hola, entre porque la puerta estaba abierta, pero no te preocupes por mí, por cierto, deberías arreglar la cerradura”. Si no quieres que nadie haga esto en tu casa, tampoco querrás que lo hagan en tu computadora, y tampoco hay excusas para hacérselo a la computadora de otra persona.
El hackeo premeditado y criminal es aún peor. En el mundo real, si alguien llega, fuerza tu cerradura, entra a tu casa, desconecta tu sistema de alarma, se lleva algo o coloca micrófonos en tu teléfono o un equipo de vigilancia en tu sala, puedes llamar a la policía. Ellos investigarán lo sucedido, escribirán un informe y tan sólo te quedará esperar a que los ladrones sean capturados. Desafortunadamente, esto es todo un lujo en el mundo de la informática; el criminal puede estar lejos, muy lejos, descargando tus archivos confidenciales desde su casa, o tomando el sol en su enorme alberca construida con dinero robado. En el ámbito de los negocios, muchas empresas prefieren no decir nada cuando sufren de un hackeo con el fin de proteger la imagen de su compañía. Y en consecuencia, los criminales quedan impunes.
Otra motivación del hacker puede ser el vandalismo o el grafiti digital, en resumen, el mero hecho de hackear sistemas informáticos para causar daños. La desfiguración de páginas web es una forma muy popular de grafiti digital y hay hackers que se centran en realizar esta tarea únicamente. Como ocurre en el mundo real, el mundo no cibernético, atrapar a los gamberros resulta una tarea complicada, una labor que no merece los esfuerzos ni los recursos empleados.
Cualquiera que sea la razón, ya sea para “ayudar a los demás”, “incrementar la seguridad”, o por “vandalismo” o “intención delictiva”; el hackeo es un fenómeno muy arraigado en el mundo de la informática, y que probablemente nunca desaparezca. Siempre habrá gente inmadura que trate de abusar de los recursos públicos y que se autoproclame “Robin Hood”, y criminales ocultos en los oscuros callejones del ciberespacio.
Fuente:
securelis.lat